En la situación en que se encuentra el mundo todos nos hacemos la misma pregunta: ¿Cuándo terminará esto? La pregunta es justa pero debes saber que todo lo que ocurre tiene un propósito, la Madre Tierra quiere darnos un mensaje, y podemos dar gracias porque ha sido misericordiosa, ya que pudo elegir otros medios más catastróficos. Mientras tanto y termina la lección, lo mejor que podemos hacer es mantenernos en oración. La oración derrite el corazón de Dios y Su misericordia obra milagros a través de la compasión. Conjuntamente con la oración es necesaria una reflexión, no podemos seguir viviendo tan acelerados, apegados tanto a lo material y destruyendo el planeta sin remordimiento, tenemos que pensar en lo verdadero, en aquello que trasciende el cuerpo, en lo que somos verdaderamente: Alma. A eso, eterno, invisible, inmutable, ¿le estamos dedicando el tiempo que merece?