Reflexión del día

Tagore, el gran poeta de la India, dijo: “Hay que florecer donde Dios nos ha plantado”. Esta frase podría tener muchas interpretaciones aunque la que más nos parece es la idea de que todos tenemos una misión en este hermoso universo. Cada ser, planta, animal o humano es único e incluso irrepetible. Podemos encontrar dos árboles de mango de la misma clase, sin embargo, uno será más alto, sus frutos más dulces. Dos perros podrían pertenecer a la misma raza, pero sus comportamientos varían, es como si cada uno tuviera un don especial y único para cumplir su rol en la tierra. Asimismo, cada uno de nosotros es especial, tenemos nuestra propia misión en el mundo. En ocasiones, movidos por ideas erróneas, nos ponemos a elaborar un guión que no nos corresponde, copiamos modelos ajenos, quizás a otros les quedaría bien pero no a nosotros. Es importante descubrir nuestra vocación, nuestro talento, aquello para lo cual hemos nacido. Lo anterior es importante porque es allí en donde reside el germen de la felicidad y el vínculo que nos conecta con la Voluntad de Dios.